Vanessa está diplomada en Trabajo Social, es técnica en orientación laboral y formación, así como experta en dirección y gestión de equipos. Desde muy joven se especializó en trabajar con personas con discapacidad, especialmente asperger, velando por su inclusión en el mercado laboral mediante el empleo con apoyo. De hecho, más adelante constituyó su propio CEE (Centro Especial de Empleo) junto a otra compañera.

Más allá de sus labores como profesional y trabajadora social, Vanessa también está inmersa en otros proyectos sociales vinculados a la defensa animal, el ocio en niños con discapacidad, o las recogidas de ropa, alimentos, juguetes… Además, cuando goza de tiempo libre, le gusta hacer deporte al aire libre, la playa y disfrutar de música en directo. 

Antes de aterrizar en la Fundación, Vanessa ha pasado por varias de las más importantes organizaciones filantrópicas de Andalucía: la Asociación Andaluza de Síndrome de Asperger , la Asociación Paxis Inclusión, la Asociación Andaluza de Personas en Riesgo de Exclusión Social, las Instituciones Penitenciarias de Sevilla (en el centro de reinserción social), la Confederación Andaluza de enfermos y familiares de Alzheimer, etc. 

Tras este amplio recorrido por organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro, nuestra protagonista de hoy fue incorporada a la Fundación Altavista el pasado mes de abril por Alejandro Vega, Director de la susodicha Fundación. Ahora se encarga de buscar subvenciones y ayudas para que los proyectos de nuestra organización puedan hacerse realidad, al igual que fomenta el trabajo en red con otras entidades sin ánimo de lucro. 

Recientemente destacan los convenios alcanzados con algunas universidades como la Camilo José Cela de Madrid o la hispalense Pablo de Olavide para gestionar las prácticas laborales de estudiantes con discapacidad, las cuales Vanessa coordina bajo un lema claro e inamovible: “Siempre comprometida con la inclusión”.